WikiLeaks

Es espectacular el revuelo que se ha organizado por las filtraciones de las embajadas estadounidenses. Tiene su lógica, porque pone en entredicho toda la seguridad que se supone que debe tener esta información, e incluso documentos clasificados como Top Secret, el nivel más alto que se alcanza en estos casos.

Lo bueno del asunto, es que en lugar de entonar un cierto mea culpa y reconocer que es un error utilizar a los embajadores como espías de manera tan descarada, pues no. Se ha puesto en busca y captura, al nivel de los terroristas más peligrosos del mundo, al ex-director de WikiLeaks, Julian Assange, se ha eliminado el dominio, según el servidor DNS que tenían, por problemas técnicos y está todo el mundo a la expectativa. Por si todo esto fuera poco, el departamento de estado de EEUU ha dicho que WikiLeaks no goza de libertad de expresión ni redacción, al no ser considerado un medio de comunicación.

Por su lado, WikiLeaks no se ha quedado atrás en su lucha por que las filtraciones sigan estando al pie del cañon. Sigue estando online, pero ahora mediante una dirección IP al desnudo: que va cambiando durante las horas para impedir ataques DDOS, entre otros (creo que es el tercer cambio desde las 10 de la mañana). Y el golpe más importante, el envío masivo entre todos los usuarios de Internet, a través de Torrent, de un archivo que se supone, contiene la mayor cantidad de información importante de todo el paquete, y que no ha sido desvelada todavía. Este archivo pesa 1.38Gb y se llama Insurance.aes256, estando encriptado en AES 256, una de las imbatibles encriptaciones que existen.

De manera que si le pasa algo a Assange, en cualquier modo, la contraseña será abierta para todo el mundo, y los datos que este archivo contenga, serán absolutamente públicos. Una buena manera de protegerse, la verdad. Aunque también puede ser que ese archivo contenga un vídeo de Assenge de pequeño, pero la amenaza está ahí.

Vamos, como se puede ver, digno de cualquier thriller de Hollywood. Esperaremos acontecimientos.